¿Que es más valioso que la salud? Una de las justificaciones
más persuasivas del capitalismo son los avances que ha producido en la ciencia
médica. Y todavía ninguna sociedad anterior distribuyo el acceso al
conocimiento médico y al tratamiento con tanta desigualdad como lo hace la
nuestra. ! Un trasplante de corazón es una bendición a medias cuando te cuesta
un brazo y una pierna!
No siempre
nuestros cuerpos nos han parecido aliens. Hubo un tiempo en que las medicinas
literalmente crecían en los árboles, y en cada familia había alguien que
conocía como usarlas. Desde las quemas de brujas de la inquisición a las
limitaciones gubernamentales al acceso a los estudios de medicina, centurias de deliberados asaltos a la
curación tradicional nos a reducido a una dependencia indefensa de una clase
elitista de doctores. Estos asaltos corrieron paralelos a la colonización del
“nuevo mundo” como forzosos mecanismos
para crear nuevos mercados.
Hoy nuestras
relaciones con nuestros cuerpos están mediadas por extraños, nuestros cuerpos
todavía nos mandan mensajes, pero somos analfabetos o sordos, confiando de otro
modo en nutricionistas, odontólogos, ginecólogos, y especialistas en otras varias
docenas de otros campos. Hemos ido más allá los dualismos mente-cuerpo hasta
incontables partes separadas y sistemas, todos los cuales experimentamos como
entidades extrañas. Incluso nuestras
mentes parecen más allá de nuestra comprensión, poniéndonos a merced de
psiquiatras, psicopatologos y terapeutas.
No queremos
decir que oncólogos y toxicólogos no están vendiendo una habilidad útil, que lo
están, especialmente en este mundo tan contaminado. El interés de toda esta especialización es
curarnos, pero principalmente como manera de hacer dinero a nuestra costa, y la
agenda promueve ciertos tipos de cuidado de la salud en detrimento de otras.
Por ejemplo,
hay muy pocos incentivos para investigación en medicina preventiva más allá de
lo que requiera prevenir epidemias y mantener a la gente en condiciones de
trabajar. La industria médica representa una parte tan grande de la economía
que si la gente parara de herirse o ponerse enferma, esto precipitaría una
importante crisis económica. Por otro lado, los peligros del moderno mundo de trabajo y consumo, ofrecen
lucrativas oportunidades de negocio. Como la obsolescencia programada, las
enfermedades iatrogénicas (Causadas por la misma industria médica) son
realmente ventajosas desde una
perspectiva empresarial desde el momento en que no dan ninguna oportunidad a
sus opositores. Si categorizamos todas los tipos de enfermedades producidas por
todos los tipos de industria como iatrogénicas, la industria médica
empieza a parecer un tipo de esquema de protección, con la industria de los
seguros médicos en la cima de todo como otro chanchullo de protección.
Así como el
capitalismo se extiende cada vez más lejos en cada uno de los aspectos de
nuestra vida, la salud está cada vez más determinada por la distribución del
capital, y no solo como resultado de los gastos médicos. Hasta hace un par de
generaciones, toda la comida era orgánica, hoy es un aliciente más de
compra, y uno de los caros. Las cooperativas de consumo saludable de los
barrios ricos ofrecen las últimas novedades en nutrición, mientras en otros
barrios ni siquiera existen las tiendas de comestibles, solo de comida
basura. Esto es un reflejo del proceso
de producción, en el que los trabajadores inmigrantes están expuestos a pesticidas
mientras su jefes se sientan en sillas ergonómicas.
Desde el
momento que no están equipados para tratar las causas sociales y económicas de
las enfermedades, los médicos (por muy buenas intenciones que tengan) pueden
solo tratar las patologías individuales. En una sociedad orientada al consumo,
esto principalmente significa prescribir productos.
La relación
entre médico y paciente se ha convertido en casi secundaria a la profesión
médica comparada con lo que ocurre en los laboratorios. Las compañías farmacéuticas determinan que es
lo que se estudia, como se usan los hallazgos, y quien tiene acceso a los
resultados. En este contexto los médicos a menudo funcionan como poco menos que
como camellos sobre educados.
Esto
promueve una relación de consumidor respecto a la salud y de una actitud de
aprieta ese botón con respecto a nuestros cuerpos. En algunos círculos, en nuestros días,
pareces que todo el mundo está medicado. El abanico de enfermedades
tratables entre la clase media continua su expansión mientras que los problemas
de salud de los menos favorecidos siguen sin ser atendidos. Además de lo beneficiosos o dañinos que estos
medicamentos puedan ser, también representan un rol social, normalizando esta
relación de consumo y los distanciamientos en que está fundada.
De acuerdo
con la lógica del capitalismo puro, los excluidos solo deberían recibir
tratamiento médico cuando sea necesario para dominarlos, mientras los
explotados deberían recibirla a medida, para maximizar su consumo y
productividad. Los Estados Unidos están cerca de este ideal, mientras los gobiernos
europeos están apresurándose en desmontar sus estructuras de bienestar social.
En prisiones y pabellones psiquiátricos, algunos internos y están
experimentando “tratamiento médico” principalmente como pretexto para la intervención
y la coerción. Mientras tanto, Ritalin, Prozac, Xanax, Paxil, y litio sirven
para las mismas funciones que la cafeína y las bebidas energéticas, engrasar
las ruedas de la economía. Las dos situaciones no seno tan diferentes: Ambas
son maneras de mantener a la gente “bien ajustada” a esta sociedad
disfuncional.
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