domingo, 26 de agosto de 2012

Medicina.

¿Que es más valioso que la salud? Una de las justificaciones más persuasivas del capitalismo son los avances que ha producido en la ciencia médica. Y todavía ninguna sociedad anterior distribuyo el acceso al conocimiento médico y al tratamiento con tanta desigualdad como lo hace la nuestra. ! Un trasplante de corazón es una bendición a medias cuando te cuesta un brazo y una pierna!
            No siempre nuestros cuerpos nos han parecido aliens. Hubo un tiempo en que las medicinas literalmente crecían en los árboles, y en cada familia había alguien que conocía como usarlas. Desde las quemas de brujas de la inquisición a las limitaciones gubernamentales al acceso a los estudios de medicina,  centurias de deliberados asaltos a la curación tradicional nos a reducido a una dependencia indefensa de una clase elitista de doctores. Estos asaltos corrieron paralelos a la colonización del “nuevo mundo”  como forzosos mecanismos para crear nuevos mercados.
            Hoy nuestras relaciones con nuestros cuerpos están mediadas por extraños, nuestros cuerpos todavía nos mandan mensajes, pero somos analfabetos o sordos, confiando de otro modo en nutricionistas, odontólogos, ginecólogos, y especialistas en otras varias docenas de otros campos. Hemos ido más allá los dualismos mente-cuerpo hasta incontables partes separadas y sistemas, todos los cuales experimentamos como entidades extrañas.  Incluso nuestras mentes parecen más allá de nuestra comprensión, poniéndonos a merced de psiquiatras, psicopatologos y terapeutas.
            No queremos decir que oncólogos y toxicólogos no están vendiendo una habilidad útil, que lo están, especialmente en este mundo tan contaminado.  El interés de toda esta especialización es curarnos, pero principalmente como manera de hacer dinero a nuestra costa, y la agenda promueve ciertos tipos de cuidado de la salud en detrimento de otras.
            Por ejemplo, hay muy pocos incentivos para investigación en medicina preventiva más allá de lo que requiera prevenir epidemias y mantener a la gente en condiciones de trabajar. La industria médica representa una parte tan grande de la economía que si la gente parara de herirse o ponerse enferma, esto precipitaría una importante crisis económica. Por otro lado, los peligros del moderno  mundo de trabajo y consumo, ofrecen lucrativas oportunidades de negocio. Como la obsolescencia programada, las enfermedades iatrogénicas (Causadas por la misma industria médica) son realmente    ventajosas desde una perspectiva empresarial desde el momento en que no dan ninguna oportunidad a sus opositores. Si categorizamos todas los tipos de enfermedades producidas por todos los tipos de industria como iatrogénicas, la industria médica empieza a parecer un tipo de esquema de protección, con la industria de los seguros médicos en la cima de todo como otro chanchullo de protección.
            Así como el capitalismo se extiende cada vez más lejos en cada uno de los aspectos de nuestra vida, la salud está cada vez más determinada por la distribución del capital, y no solo como resultado de los gastos médicos. Hasta hace un par de generaciones, toda la comida era orgánica, hoy es un aliciente más de compra, y uno de los caros. Las cooperativas de consumo saludable de los barrios ricos ofrecen las últimas novedades en nutrición, mientras en otros barrios ni siquiera existen las tiendas de comestibles, solo de comida basura.  Esto es un reflejo del proceso de producción, en el que los trabajadores inmigrantes están expuestos a pesticidas mientras su jefes se sientan en sillas ergonómicas.
            Desde el momento que no están equipados para tratar las causas sociales y económicas de las enfermedades, los médicos (por muy buenas intenciones que tengan) pueden solo tratar las patologías individuales. En una sociedad orientada al consumo, esto principalmente significa prescribir productos.
            La relación entre médico y paciente se ha convertido en casi secundaria a la profesión médica comparada con lo que ocurre en los laboratorios.  Las compañías farmacéuticas determinan que es lo que se estudia, como se usan los hallazgos, y quien tiene acceso a los resultados. En este contexto los médicos a menudo funcionan como poco menos que como camellos sobre educados.
            Esto promueve una relación de consumidor respecto a la salud y de una actitud de aprieta ese botón con respecto a nuestros cuerpos.  En algunos círculos, en nuestros días, pareces que todo el mundo está medicado. El abanico de enfermedades tratables entre la clase media continua su expansión mientras que los problemas de salud de los menos favorecidos siguen sin ser atendidos.  Además de lo beneficiosos o dañinos que estos medicamentos puedan ser, también representan un rol social, normalizando esta relación de consumo y los distanciamientos en que está fundada.
            De acuerdo con la lógica del capitalismo puro, los excluidos solo deberían recibir tratamiento médico cuando sea necesario para dominarlos, mientras los explotados deberían recibirla a medida, para maximizar su consumo y productividad. Los Estados Unidos están cerca de este ideal, mientras los gobiernos europeos están apresurándose en desmontar sus estructuras de bienestar social. En prisiones y pabellones psiquiátricos, algunos internos y están experimentando “tratamiento médico” principalmente como pretexto para la intervención y la coerción. Mientras tanto, Ritalin, Prozac, Xanax, Paxil, y litio sirven para las mismas funciones que la cafeína y las bebidas energéticas, engrasar las ruedas de la economía. Las dos situaciones no seno tan diferentes: Ambas son maneras de mantener a la gente “bien ajustada” a esta sociedad disfuncional.


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