Como una variante de la extorsión
directa, los impuestos se encuentran entre los más antiguos medios
de ganancia financiera. La naturaleza obligatoria de los impuestos
los identifica con la practica de las mafias que piden dinero por
protección. Por supuesto, los gobiernos hacen las leyes, así pueden
convertir en crimen el no pagar.
Una
de las justificaciones del gobierno es que es un medio para
concentrar recursos para servir a un bien mayor. Pero las monarquías
no fueron inventadas como un modo para proveer para las necesidades
del publico en general. Históricamente, los gobiernos solo se han
preocupado de proveer para las necesidades de sus súbditos
incidentalmente , con
objetivo de pacificar a los sujetos más revoltosos, la mayor parte
del tiempo, están concentrados en acumular riqueza para ellos
mismos. El estado necesita un flujo constante de capital para
mantener su poder, no para practicar la filantropía.
En
nuestros días, las acumulaciones mayores de riqueza se dan en el
sector privado en vez de a través del aparato del estado, pero el
estado es todavía necesario para vigilar el mercado y preservar las
diferencias del nivel que el genera. Para darnos cuenta solo tenemos
que ver en que se gastan nuestros impuestos. La mayor parte del
gasto gubernamental se va al ejercito y ala seguridad interna. Esto
esta de acuerdo con la forma en que el crimen organizado funciona:
pagamos por nuestra propia extorsión. Y
no solo estamos pagando por eso, los euros de nuestros impuestos
financian la dominación de gente explotada alrededor del mundo. Como
compensación, disfrutamos de los privilegios de ciudadanía en el
primer mundo, pero también nos ganamos la enemistad de cualquiera
que viva bajo el régimen soportado militarmente de dominio
occidental.
Digan
lo que digan los políticos sobre la necesidad de medidas de
austeridad o la inviolabilidad del libre mercado, los militares y la
policía siempre serán financiados con fondos públicos. Las
empresas de seguridad obtienen de igual modo muchos de sus ingresos
del gobierno. Imaginemos cuanta pobreza podría ser aliviada con todo
el dinero que se gasta cada año en proteger las estructuras que
causan esta misma
pobreza. Mientras tanto, los programas de bienestar social y los
servicios sociales son reducidos de manera constante, y esto
continuara hasta que la protesta popular sea tan fiera como para no
ser controlada por la represión del estado.
Bajo esta luz,
podemos ver que los capitalistas consideran el poder militar una
mejor inversión que los programas sociales.
Esta es solo una
de la funciones que los impuestos juegan en el capitalismo. Algunos
impuestos como el IVA, se acumulan desproporcionadamente fuerte sobre
los pobres. Incluso si los ricos pagan más, consiguen que les
devuelvan una proporción más alta de sus impuestos, recuperándolos
en forma de subsidios a sus negocios y financiación gubernamental
para un amplio abanico de proyectos de su interés. Así los
impuestos van más allá de la mera extorsión: como los beneficios
son una manera de devolver a la parte alta de la pirámide la riqueza
de una manera constante.
En la época de la
ayuda a los bancos, los gobiernos descaradamente se han dedicado a
socializar las perdidas y privatizar los beneficios. Para apuntalar
la economía, los gobiernos respaldan a las bancos y compran sus
activos tóxicos, permitiendo a los capitalistas ganar millones
especulando en los mercados financieros. Cuando estos esquemas no dan
resultado, somos el publico en general los que tenemos que pagar por
ellos. Entre el gobierno y los negocios, nos toman el pelo sin parar.
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