domingo, 26 de agosto de 2012

En este momento.


            En este momento, un empleado de la tienda de ultramarinos esta vendiendo productos modificados genéticamente en vez de cuidar de su huerto.
            Un lavaplatos esta sudando sobre los vapores del fregadero mientras en su cocina se apilan los platos sin lavar.
            Una cocinera de restaurante esta preparando la comida pedida por extraños en vez de cocinar en la parrillada del barrio.
            Una publicista esta componiendo tonadillas para una marca de detergente en vez de tocar música con sus amigas.
            Un hombre esta cuidando de los niños de los ricos y entreteniéndolos, en vez de pasar más tiempo con los suyos.
            Un niño es abandonado ahí en vez de crecer con aquellos que lo conocen y lo quieren.
            Un estudiante esta escribiendo una tesis sobre una actividad que le interesa en vez de participar en ella.
            Un hombre se masturba con pornografía de Internet en vez de explorar sus respectivas sexualidades con su pareja.
            Una activista, cansada después de un duro día de trabajo, esta viendo una película de Hollywood para entretenerse.           
            Y un manifestante convierte todas sus razones únicas para protestar en acarrear una pancarta producida en masa por una organización burocrática.

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En cualquier momento, todas nosotras podemos parar de pagar el alquiler, hipoteca, impuestos, mercancías; Ellos estarán impotentes ante nosotras si lo hacemos todas a una.
En cualquier momento, nosotras podemos dejar de ir a trabajar o a estudiar – o asistir y negarnos a cumplir ninguna orden o a abandonar las instalaciones, convirtiéndolas, en cambio, en centros para la comunidad.
 En cualquier momento nosotras podemos hacer trizas nuestros documentos de identidad, quitar las matriculas de nuestros vehículos, destrozar cámaras de seguridad, quemar dinero, deshacernos de nuestras carteras y ensamblar asociaciones cooperativas para producir y distribuir cualquier cosa que necesitemos.
En cualquier momento, mientras mi turno se arrastra, me encuentro a mi misma pensando sobre este asunto, ¿realmente soy la única persona que alguna vez a tenido esta idea?. Puedo imaginar todas las objeciones habituales, pero podemos apostar a que si esto empieza en alguna parte del mundo, cualquier otra persona en cualquier parte se sumara rápidamente. Pensemos en cambio en las inexplicables maneras en las que estamos desperdiciando nuestras vidas.
¿Que debe hacer falta para que empiece la reacción en cadena?
¿Dónde tengo que ir para encontrar gente que no solo odie su trabajo, sino que están preparadas para acabar con el trabajo asalariado de una vez por todas?

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Es inconcebible que pueda haber un “precio justo de mercado” o cualquier otro tipo de precio, estimable en oro, diamantes, dinero o bonos del tesoro, para la suprema posesion humana, -la unica sin la cual la vida no tiene ningun valor- su libertad.

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Por si mismo este es un libro sobre el trabajo, pero también es más que eso
            Complementa un diagrama de las diferentes posiciones y dinámicas que crean la economía que necesita del trabajo. Juntos, el libro y el diagrama esbozan un análisis del capitalismo: Que es, como funciona, como nosotras podemos desmantelarlo juntas. Y el libro, el diagrama y el análisis se quedan atrás frente a algo más, un movimiento de gente dispuesta a combatirlo.
            Así, este libro no es solo un intento de describir la realidad sino también una herramienta con la cual cambiarla. Si alguna de las palabras o las ilustraciones resuenan dentro nuestro, no las dejemos atrapadas en estas paginas –escribámoslas en los muros, gritémoslas por el intercomunicador en nuestro antiguo lugar de trabajo, cambiémoslas hasta encontrarlas adecuadas y lancemolas al mundo. Podemos encontrar versiones en póster de muchas de las ilustraciones en: crimethic.com/work ( ingles) para este propósito.
            Este proyecto es el esfuerzo combinado de un grupo de personas que ya han dedicado algunos años a la enconada lucha contra el capitalismo, con el éxito que todas conocemos. ¿Qué nos da derecho a escribir esto?. Algunas de nosotras solíamos ser estudiantes, repartidoras de pizzas, friegaplatos; otras todavía son trabajadoras de la construcción, diseñadoras graficas o criminales con conciencia social. Pero todas nosotras hemos vivido bajo el capitalismo desde que nacimos, y eso nos hace expertas en ello. Lo mismo sirve para cualquiera. Nadie tiene que tener un grado en económicas para entender lo que esta pasando: solo es necesario recibir una nomina o un subsidio y prestar atención. Sospechamos de los expertos que obtienen sus credenciales desde arriba y tienen incentivos para minimizar las cosas que son obvias para todos los demás.
            Como cada intento de construir un modelo a escala del mundo, este también esta atado a ser parcial en ambos sentidos de la palabra. Para presentar la historia completa, tendría que ser tan basto como la historia. Tampoco hay manera de ser imparcial, nuestros valores y posiciones inevitablemente influencian sobre que incluimos y que dejamos fuera. Lo que ofrecemos aquí es simplemente una perspectiva desde nuestro lado de la vida,  nuestro lado de las barricadas. Si resultamos algo afines..., vamos a hacer algo con ello.

Mejor cenizas que polvo-
Colectivo de trabajador@s  Crimental

I. La ocupacion.


Ocupación. La palabra nos trae a la mente imágenes de tanques rusos rodando por las calles del este de Europa, o nerviosos soldados USA patrullando barrios hostiles el medio este.
            Pero no cada ocupación es tan obvia. Algunas veces las ocupaciones funcionan durante tanto tiempo que los tanques se hacen innecesarios. Se los puede devolver al cuartel, tanto tiempo como las conquistadas recordemos que pueden volver en cualquier momento – o comportarnos como si los tanques estuvieran todavía aquí, olvidando porque lo hacemos.
            ¿Cómo podemos reconocer una ocupación?. Históricamente, las gentes que hemos sido conquistadas tenemos que pagar tributo a nuestro conquistador, o también rendirles alguna clase de servicio. Un tributo es una suerte de alquiler que los ocupados pagamos solo para poder vivir en nuestras propias tierras; y por el servicio – Bien, ¿Cuáles son nuestras ocupaciones? Nosotras lo sabemos ¿Qué ocupa nuestro tiempo? Un empleo, probablemente, o dos- o la preparación para uno, la recuperación después de uno, o la busqueda de uno.
            Necesitamos el empleo para pagar el alquiler o la hipoteca, entre otras cosas – pero,¿no fue el edificio donde vivo construido por gente tal y como yo, gente que tiene que trabajar para pagar su propio alquiler?.Lo mismo sirve para todos los otros productos por los que tengo que pagar y necesito ganar dinero para tenerlos – nosotras y otra gente como nosotras los fabricamos, pero tenemos que comprarlos a compañías como las que nos emplean, compañías que ni nos pagan todo el dinero que consiguen con nuestro trabajo ni venden sus productos al precio que les cuesta producirlos. Nos estafan en las dos direcciones.
            Nuestras vidas son territorio ocupado.¿Quien controla los recursos en nuestra comunidad? ¿Quién le da forma al barrio y al paisaje a su alrededor? ¿Quién decide nuestras actividades diarias, día tras día, mes tras mes? Incluso si estamos auto-empleadas, ¿Somos nosotras las que decidimos que tenemos que hacer para conseguir dinero? Imaginemos nuestra idea de una felicidad absoluta perfecta, ¿no se parece sospechosamente a las utopías que vemos en los anuncios?
            No solo nuestro tiempo, sino también nuestras ambiciones, nuestra sexualidad, nuestros valores, nuestro sentido profundo de que significa ser humano- todo esto esta ocupado, moldeado según las demandas del mercado.
            Y nosotras no somos el único territorio bajo control enemigo. La invisible ocupación de nuestras vidas refleja la ocupación militar de áreas en los márgenes de esta tierra conquistada, donde armas y tanques son todavía necesarios para reforzar los derechos de propiedad de los magnates del robo y la libertad de las corporaciones para comerciar a expensas de los habitantes locales hostiles- algunas de las cuales todavía recuerdan como era la vida sin prestamos, salarios o jefes.
            No debemos ser tan diferentes de ellas, a pesar de que hayamos crecido en cautividad. Quizá en la oficina de nuestro jefe, o en la orientación laboral o en nuestras románticas disputas, cuando quiera que alguien esta tratando de mandar sobre nuestra atención y nuestra atención no va a cooperar, nosotras hemos sido reprendidas para estar preocupadas. Así es – alguna parte rebelde de nosotras, sostenida con fantasías y soñando despiertas, todavía alberga esperanzas de que nuestras vidas pueden ser de alguna manera algo más que una ocupación.
            Hay un ejercito rebelde ahí fuera en los montes, conspirando para la abolición de la esclavitud asalariada, tan seguro como que en cada sitio de trabajo hay empleadas empezando una guerra de guerrillas olgazaneando, rateando,y desobedeciendo- y podemos alistarnos también, sino lo hemos hecho ya. Pero antes de empezar a trazar planes y afilar nuestras lanzas, vamos a mirar de más cerca a aquello a lo que nos enfrentamos.